Precios del transporte de Budapest

Precios del transporte de Budapest

El precio del transporte público en Budapest es algo elevado. Un billete sencillo cuesta más que en ciudades españolas como Madrid o Barcelona y ofrece menos flexibilidad.

Si vais a utilizar el metro, el tranvía o los autobuses para desplazaros, lo más recomendable es que compréis un abono. También es necesario recordar que los billetes sencillos valen sólo para un medio de transporte, si queréis hacer un transbordo (por ejemplo entre metro y autobús) deberéis comprar un "transfer ticket".

Billete sencillo 350 Ft (1 US$)
Bono de 10 billetes sencillos 3.000 Ft (8,30 US$)
Billete de metro reducido 300 Ft (0,80 US$) (trayecto máximo de 3 estaciones)
Billete con trasbordo 530 Ft (1,50 US$)
Abono de 1 día 1.650 Ft (4,60 US$)
Abono de 3 días 4.150 Ft (11,50 US$)
Abono de 7 días 4.950 Ft (13,70 US$)

Aunque ya hemos comentado que casi siempre hay revisores y que os pedirán el billete sin excepción, los amantes del riesgo deben saber que las multas van desde 6.000 Ft (16,70 US$) hasta 16.000 Ft (44,40 US$).

¿Usar billetes sencillos o comprar abono?

Nuestra recomendación es que, excepto que no vayáis a usar el transporte público, compréis un abono para el tiempo que vayáis a estar. Las ventajas son evidentes:

  • No perder tiempo comprando los billetes.
  • No tener que acordaros de validar el billete.
  • Usar el transporte tanto como queráis.
  • En resumen, evitar posibles sanciones.

Otra ventaja es que, si compráis el abono de transportes en la terminal del aeropuerto, ya podréis usarlo para llegar al centro de Budapest.

¿Abono de 3 días o Budapest Card?

Si queréis realizar un viaje cultural o viajáis con niños menores de 14 años, echad un vistazo a la Tarjeta Budapest Card, ofrece transporte público gratuito y descuento en las entradas de las principales visitas turísticas, museos y balnearios.

¿Dónde se compran los billetes?

Los billetes se compran en el aeropuerto, las estaciones de metro, puestos de tabaco, tiendas de prensa y, como última opción, a los propios revisores.